Uno puede protegerse del peligro exterior mediante la huida y la evitación de percibirlo, mientras que la huida no vale de nada frente al peligro interior.*
El Amor a la estética, al equilibrio, el ascetismo me llevó una tarde de Abril, hace unos pocos años, a armar, de un tema un problema. Al mejor estilo de los historiales de Freud, perdí el 90% de la visión delojo Izquierdo.
A raíz de unas modificaciones en el taller-estudio donde trabajo, recuperé un antiguo marmol de carrara, el cual pesa varios cientos de kilos. Luego de planificar minuciosamente la logística, coordinando los horarios con el profesional que haría los cortes necesarios a la pieza para ser colocada en la cocina del departamento y con las personas que me ayudarían a subirlo e instalarlo, procedo a dar marcha al plan. Si bien en mi juventud, me caracterizaba por ser impulsivo, (a los 17 años, sin avisarle a nadie, me tomé un avión y me fui un finde semana a Bariloche a sorprender a un noviecita) los años de trabajo de precisión con algoritmos, edición audiovisual, I.A. y demases me estructuraron lo necesario en pos de la eficiencia.
Todo el plan venía saliendo a la perfección pero… (porque sin peros no hay puntos de giro) no calculé un minúsculo detalle, una pequeña llave de gas no permitía colocar el mármol en su lugar y… se me apagó la Tele. De repente, sin cambiarme el ritmo cardiaco, sin hiperventilar ni presentar ningún síntoma de la Lucha/Huida, perdí el 90% de la visión del ojo izquierdo. Ese 10% que me faltó calcular es lo único que podía ver.
En la sala de urgencias del HPC, descubrì la manera de sortear el altercado, cambiarìa los marcos de las ventanas y elevaría unos 3 cm la posición de la mesada y problema resuelto. Antes de que el oftalmólogo me atendiera, recuperé la visión. No encontraron nada en las pruebas clínicas, ningún indicio de la ceguera.
Pasaron algunos años de aquel incidente, pero me sirvió de punto de quiebre para prestar mayor atención, no a la realización o planificación, sino a escuchar a mi cuerpo.
*(Obras Completa Sigmund Freud Volumen 20 (1925-26) Presentación autobiográfica Inhibición, síntoma y angustia ¿Pueden los legos ejercer el análisis? y otras obras Amorrortu editores)