No lloren, chicos no lloren.
Los niños son seres llenos de energía y vitalidad, pero en ocasiones, su inquietud puede resultar agotadora para los padres. Nuestros expertos en psicología proponen diversas soluciones para calmar a estos pequeños torbellinos y ayudarles a gestionar su energía de manera más constructiva.1- La Técnica de la Radio: Si tu hijo chilla o habla muy alto, invítale a imaginar que es una radio y que juntos bajarán el volumen. Haz como si tuviera un botón en la mano y explícale que al presionarlo, disminuirá el sonido. Habla en voz baja para dar ejemplo y crea una "radio secreta" solo para ustedes dos.
2- El Juego de la Estatua: Proponle un juego en el que pueda saltar y bailar a su antojo, pero a tu señal, deberá quedarse completamente inmóvil. Si se mueve, perderá y tendrá que volver a empezar.
3- El Juego de la Tortuga: Cuando estéis en la calle y tu hijo corra frenéticamente, propónle jugar a ser una tortuga que se desplaza lentamente, moviendo la cabeza de un lado a otro para localizar obstáculos. Agradécele su ayuda en esta tarea y resalta lo que habríais perdido sin su mirada atenta.
4- ¡A Respirar! Enséñale a respirar lentamente utilizando su barriga, como lo hacen los "artistas" para controlar su voz o movimientos. Coloca tu mano en su barriga y dile que la infle "como un globo" y luego expire el aire para desinflarlo.
5- Vuelve a Conectar con su Cuerpo: Dale un vaso de agua y luego propónle sacudir todo su cuerpo para que sienta el efecto. Anímalo a observar las sensaciones internas mientras permanece inmóvil. También puedes darle una tarea para que canalice su exceso de energía, como ir a la cocina a buscar servilletas.

6- La Pajita: Invítale a soplar por una pajita dentro de un vaso de agua o hacer pompas de jabón. Esto ayudará a calmar su respiración y ritmo cardíaco.
7- Ocupados a los Pequeños y Límites a los Mayores: Para los más pequeños, dale algo que les permita concentrarse y mantenerse ocupados, como juguetes, libros o música. Para los mayores, establece límites claros y expectativas de comportamiento sin que parezca un castigo.
8- Plantearse las Preguntas Adecuadas: En lugar de buscar soluciones mágicas, pregúntate qué puede estar causando su inquietud y angustia. La agitación puede ser una señal de que algo no va bien en su vida, y es importante investigar la causa para responder de manera eficaz.
9- Estar Atentos al Contexto: Observa desde cuándo está inquieto y si puede estar relacionado con algún cambio en su entorno familiar. La agitación puede ser una respuesta a nuevos acontecimientos o adquisiciones en su desarrollo.

10 -Ayúdale a Desfogarse: Propón actividades físicas que le cansen, como bailar, saltar o jugar con almohadas, especialmente en días de lluvia.
11- Actuar sobre uno mismo antes que sobre el niño: Si tu hijo está inquieto en un lugar público, mantén la calma y establece límites claros. Si es necesario, cógele en brazos para ayudarle a calmarse progresivamente.
12- Dale Tiempo para Descubrir: Comprende que un niño no aprenderá a comportarse en sociedad de la noche a la mañana. Permítele explorar y descubrir a su ritmo, siempre expresando claramente tus expectativas.
13- Sal de los Sitios: Si tu hijo se muestra inquieto en un lugar donde es necesario mantener el orden y la tranquilidad, como el cine, comunícale las normas y si no las respeta, salid del lugar.
14 -Intenta Estar Realmente Presente: Los niños pueden mostrar inquietud cuando sienten que no tienen suficiente atención. Dedícale tiempo de calidad y juega con él para que gane seguridad y autonomía.
15 -Avísale Siempre Antes de las Cosas: Anticipa los cambios de actividad comunicándole con antelación lo que ocurrirá en los próximos minutos. Un niño prevenido será capaz de adaptarse con mayor calma.
Recuerda que cada niño es único, y lo que funciona para uno puede no ser adecuado para otro. Explora diferentes estrategias y descubre cuáles son las más efectivas para tranquilizar y acompañar a tu hijo en su crecimiento. La paciencia y el cariño serán siempre fundamentales en este proceso.